El poder de una segunda mirada

Pocas cosas en la vida pueden prescindir de una segunda mirada.

 

¿Acaso sales de casa sin mirar dos veces que tengas las llaves, el teléfono y cualquier otra cosa necesaria para ese día? ¿Acaso te acuestas sin revisar si el gas está cerrado sin apagar las luces? Es difícil o casi imposible ir por el mundo sin una segunda mirada. Cruzar una calle, requiere de una. No hablemos del amor a primera vista, porque ese sí que requiere de una segunda mirada. Es por eso tan importante considerar las ventajas de la corrección de estilo a la hora de escribir.

La vida del texto está en una segunda mirada

Las segundas miradas pretenden asegurar algo, ver mejor algo que ya se vio, o ver lo que no se vio. El placer de las segundas miradas está en descubrir algo nuevo en eso que ya parece viejo o terminado.

Cuando se trata de escribir, o mejor dicho, de presentar un escrito públicamente, sí que se hace necesaria e imprescindible esa segunda mirada. Por algún motivo, pocas veces un texto sale de “un tirón”, sea porque las ideas no fluyen o porque al contrario fluyen tan de prisa que hay que seguirles el ritmo y dejar por fuera detalles que se hacen irrelevantes durante la persecución del flujo creativo.

Al dejar los detalles, se logra la historia pero se pierde en limpieza. Un texto completo, o al menos publicable, debe no solo contener una idea, sino un estilo y una presentación. Y darle todos esos elementos requiere, sin lugar a dudas, de una segunda mirada, a veces una tercera, una cuarta…

Ese complejo nido de grafismos que componen un texto requiere pues de segundas miradas para comprobar que la idea esté clara, que no haya errores gramaticales, que la sintaxis fluya, que los errores de ortografía sean nulos, y cuando se digitaliza, ahora casi nadie escribe a mano, se suma una mirada más, para que no haya errores de tipografía.

Un buen texto, pues, una gran obra, una acción correcta, no existen sin segundas miradas; nos atreveríamos a decir, incluso, que es imposible la existencia de cualquier acto humano sin ellas, pues ellas son en sí mismas la confirmación de esa existencia.

La vida del texto está en una segunda mirada; sin segunda mirada no hay esa vida.

El poder de una segunda mirada en tus textos.

Ventajas de la corrección de estilo.

 

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