Ambos verbos representan acciones diferentes bajo el mismo lienzo. De acuerdo con la RAE, escribir significa “representar las palabras o las ideas con letras u otros signos trazados en papel u otra superficie”; y corregir es “enmendar lo errado”, una definición amplia en su contexto, aunque en relación con la escritura sería la acción de mejorar lo escrito sin afectar la intención del autor.
El ejercicio de la corrección de textos siempre le sigue al de la escritura, está ligado, es un proceso lógico y necesario para un buen resultado. Un escritor incorpora la corrección como parte de su proceso de creación, pero no siempre tiene las herramientas conceptuales para hacerlo de la mejor manera
Un escritor no requiere de reglas para existir, un corrector no existe sin reglas
Una pasión y un talento no es lo mismo, la primera tiene que ver con la disposición, las ganas y la actitud para hacer eso que se desea y que no se te quita de tu mente; en cambio, el talento tiene que ver con la capacidad, la condición natural o aprendida para hacer las cosas que nos apasionan o no. Este es el punto, tanto para escribir o para corregir bien se necesita pasión y talento. Sin la pasión el talento no brilla.
Se puede escribir o corregir bien un texto con las capacidades innatas o aprendidas para hacerlo, sin embargo, encontramos que el ejercicio de la escritura, tiene matices de creatividad y libertad que desafían los límites de las reglas de la escritura; en cambio para el corrector las reglas son su apoyo y herramienta sobre las cuales basa su trabajo, no hay puntos medios, debe ajustar los textos a lo que indica la norma por encima de sus deseos sino de lo que tiene que escribirse.
Visible y brillante
Escribir bien busca la visibilidad del autor a través de sus creaciones literarias, pero es la corrección la que permita que esa visibilidad brille y se destaque, sea reconocida y valorada en especial por su contenido, capacidad narrativa y elocuencia, combinadas con la forma correcta de la expresión idiomática.
Corregir, requiere metodología y rigurosidad, no da campo a la creatividad como no sea para aplicar las reglas en beneficio del autor.
El escritor busca ser auténtico a través de la definición de su voz, tono y estilo de escritura sin que esto exprese una imagen diferente a la verdadera personalidad del autor. La escritura es la forma de expresar la identidad del autor. El escritor siento que su escrito siempre es susceptible de mejorar, hay que saber dejarlo ir, dejarlo fluir, dejarlo nacer.
El corrector ayuda y aviva a que se reconozca esa identidad más que la suya misma, es la fuerza callada, es un ejercicio y una vocación para servir y mejorar la imagen de los otros y, a través de los otros la corrección, el corrector cobra valor.
Leer, leer y releer
Ambos, escritor y corrector requieren de profundos conocimientos del lenguaje en sus diferentes formas. Una de estas es la lectura, es la posibilidad de ampliar el vocabulario y elegir las palabras exactas para darle el sentido necesario al mensaje escrito. Con la lectura abrimos el abanico de las infinitas posibilidades en el campo de la imaginación para el escritor, como en el de la concreción y verificación para el corrector. Libros, artículos, documentos científicos, ensayos, blogs, entre otros, se convierten en el escenario ideal para adquirir y mejorar las habilidades y competencias de escritores y correctores.
Un matrimonio que respeta las diferencias
Escribir y corregir van de la mano, no pueden separarse en esa búsqueda de la excelencia, cada uno entiende su rol y su aporte en el proceso de la producción literaria. Ambos deben respetarse y complementarse con sus fortalezas para crecer y construir un resultado mejor.
Escritores con capacidad de corregir, genial; correctores con alma de escritores, plausible; pero lo ideal es la posibilidad de identificar la esencia, en lo que somos especialistas y buscar esa alma gemela para complementar ese ser.
En redacta ofrecemos múltiples posibilidades para ser la mejor pareja, siempre seremos la mejor opción para poner en orden las ideas y acompañar el arte de escribir bien.